Me llegan problemas de todo tipo y me desespero. A veces son por mi error y a veces porque llegan sin haberlo provocado.
Voy de un problema a otro problema; y así sucesivamente.
Estoy aprendiendo a:
Aceptar los problemas de la vida
Mientras viva, la vida me presentará inevitablemente problemas para resolver, y el hecho de ser feliz no está relacionado con la existencia o no de problemas sino con la manera ó la actitud en la que lo voy a enfrentar.
Si quiero vivir, tengo que enfrentarme a los problemas. No es un mal sin remedio, sino una oportunidad para superarme. Cada problema es una oportunidad para ejercer mi razonamiento. Tengo dos opciones: resolverlo o ignorarlo. Y si se presentan varios a la vez, establezco una jerarquía de problemas y determinado cuáles voy a tratar de resolver y cuáles voy a dejar para más adelante o para nunca.
Acepto los problemas como: «Algunas podré resolver y otras no». Algunos problemas pondré solución y algunos que no tenga solución, los dejaré marchar.
Así seré más feliz.